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Disperso. En fragmentos que nadie podrá unir. Por acá. Por allá. Documentos digitales. Notas en el celular. Apresurados garabatos en una libreta, en un libro. Así me voy dejando en la vida. Como el polvo de mi piel. Como la sensación tibia de la desintegración. Vientos lívidos esparcen la sal de estatua, a pesar de que ya no quiero voltear. La edición vendrá después, ahora es el licor antes de la destilación. El rumor de los labios cínicos. Una vida nunca será suficiente. Por eso el infierno o el cielo. Por eso las reencarnaciones. Trato de escapar, como Ícaro, con alas de sal sobre el fuego del castigo.  

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