Duarte es mi gobernador

13:14



Duarte es mi gobernador. No voté por él, ni siquiera estaba en Veracruz cuando fue electo, pero lo es. Es mi gobernador porque es el gobernador de los corruptos que desvían millonarios fondos y de los corruptos que se quedan con un peso dado de más en la tienda de la colonia. Es mi gobernador porque es intransigente, de la misma manera que lo soy cuando no soporto la crítica ajena, por más superflua que sea. Duarte es mi gobernador porque es un gobernador irresponsable, como lo soy a la hora de emprender un proyecto. Es el gobernador de las omisiones, mismas que cometo al no exigir ni dar seguimiento a nada y sólo quejarme de manera estéril. Es el gobernador que calla a los periodistas, periodistas a los cuales yo no escucho. Es el gobernador que tiene todos los defectos posibles, y es mi gobernador porque a pesar de saberlo, no hago nada para que deje de serlo. Es mi gobernador porque soporto que su pestilente carcajada reduzca mis palabras a silencio.
Hoy, más que nunca, creo que tenemos el gobierno que merecemos y que su elección, por las mayorías, no puede ponerse en duda. Porque si no soy de los nacos que venden su voto por una torta y un refresco, soy un creador que institucionaliza su crítica a cambio de una beca o el estudiante que vive en una fiesta continua, ajeno a la realidad de una vida laboral. Porque pido elecciones sin fraudes, organizadas, creíbles, pero a la mínima oportunidad trato de hacer trampa en un examen, o heredo una plaza o babeo ante la tentación de un hueso. Porque soy capaz de hacer una revolución en redes sociales, ignorando falsamente que el mundo es un poquito más grande que internet.
Duarte es mi gobernador porque el gobierno siempre tendrá la culpa, y si no es el gobierno, es el vecino o si no mis padres por ser muy pobres o muy ricos, o por no ser ni tan ricos ni tan pobres. Porque marcho para que no haya más violencia pero ante la tentación de un churro de dudosa procedencia nunca diré no, y olvido que al esnifar coca estoy también esnifando sangre.
Este es el gobierno que merezco porque callo y obedezco y hago callar y obedecer a quien se deje. Porque sólo mi lucha será la legítima —¡aquellos pobres manipulados de los 400 pueblos, aquellos irracionales de la CNTE, aquellos chairos de humanidades o aquellos pobrecitos jubilados, no son yo!—, y todo aquello que es ajeno a mí tendrá la gracia de mi indiferencia.
Duarte es mi gobernador porque acepto la idea de una democracia instantánea, de un día, máximo dos. Una participación ciudadana fácil: me pintan el dedo y ya cumplí. Porque acepto participar en una farsa democrática, donde sólo se cuentan los votos de los acarreados; porque, aunque me crea superior a aquellos que votan por el PRI a cambio de una torta o de unas láminas, yo también soy un acarreado, incluso si voto por un «cambio»: mi torta está compuesta de ceguera, evasión, corta memoria y esperanza acrítica.

Los gobiernos no son plagas que caen sobre los pueblos inocentes sin razón alguna, son cabezas de aves y si el nuestro tiene rostro de buitre, es porque las alas, las garras, las entrañas, corresponden a las de una ave de rapiña.
 

You Might Also Like

0 comentarios

Lo anterior

La memoria que se olvida

Si tan sólo miraras atrás

Subscribe